Tras la vuelta, toca el análisis... ¡Qué decir de tan provechoso, animado e inolvidable viaje!
Primeramente, debemos destacar el carácter positivo de este tipo de actividades, ya que supone una experiencia única e irrepetible para todos y cada uno de nuestros alumnos y alumnas y, por supuesto, también para los maestros y maestras que tuvimos la gran suerte de poder disfrutar y compartir ese momento con ellos y con ellas.
En segundo lugar, y no por ello menos destacable, agradecer encarecidamente el caluroso, afectuoso y entrañable trato que, desde el primer minuto, nos dispensaron todos los miembros de la Comunidad Educativa de Jerte (Maestros y maestras, madres y padres, alumnas y alumnos y Administración), los cuales nos hicieron sentir como en casa.
En cuanto a los niños y niñas, cabe decir la imborrable sonrisa que dibujaba sus rostros, sonrisa que denotaba la felicidad del momento que estaban viviendo, la complicidad que establecían entre ellos y ellas y con los maestros y maestras, la satisfacción de experimentar la convivencia plena con sus compañeros y compañeras y profes... en definitiva: CRECER.
Desde el equipo de profes del cole, instamos a que este tipo de actividades sean realizadas con una mayor frecuencia. Desde nuestro punto de vista, ayuda a desarrollar la autonomía personal de los alumnos y alumnas, objetivo primordial de la etapa de Primaria y favorece la consolidación de los lazos afectivos que se establecen en la relación entre iguales, así como en la relación alumno/a-profesor/a, transformando el papel de este último en uno más global: de profe, pasamos a madre, padre, consejero, amigo,... aspecto que a los niños y a las niñas les llena y les hace más FELICES...y a nosotros/as, también.
JERTE, CUBAS, MADRES, PADRES....¡GRACIAS!
Clara, Silvia y Carlos.